miércoles, 12 de noviembre de 2008

El perdón repara los dańos ocasionados por el dolor

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por Esmeralda del Rocío Vera Ibáńez

Nadie desea vivir con rabia, impotencia, odio, miedo, rencor, vergüenza, angustia y culpa. Solo por el hecho de recordar las ofensas recibidas por las personas mas significativas de nuestras vidas, el sentimiento que nace de una ofensa también crece y se desarrolla, como todo lo que tiene vida, pero si no le damos forma y nos aliamos a este sentimiento en muy poco tiempo nos destruirá. Sin embargo pocas personas están concientes de este efecto.
Durante una encuesta realizada a 500 personas se les pregunto lo siguiente:
1.- Si alguien lo ofende żEsta usted dispuesto a perdonarlo? SI NO

2.- żSabía usted que el perdón es una opción factible para vivir en paz? SI NO

3.- żAlguna persona le causo tanto dolor, que aún sufre al recordarlo? SI NO

4.- żLe gustaría sanar transmutando el perdón? SI NO

Las respuestas 1, 2 y 3 fueron negativas y la 4 fue positiva, algunos de los encuestados se sonríen, otros se mostraban interesados en el tema, lo que me llevo a la conclusión que no están familiarizados con el efecto del perdón, pero mas tristeza me dio, que en el andar de la vida no nos percatemos de la importancia de perdonarnos y perdonar a los otros, ni nuestros propios padres que son la médula central de lo que somos conocen este recurso de sanación. Hasta el momento aparte de la religión y el programa de los 12 pasos de alcohólicos anónimos son los únicos que hablan del perdón como valor primordial y curación del hombre. En la cultura occidental moderna, el perdón es de uso exclusivo y responsabilidad de las instituciones religiosas.
En mi óptica particular el perdón debería ser incluido como platillo principal en la mesa de cada familia, en los valores de cada empresa, en la sonrisa de cada docente y en la mirada de cada pareja, así como esta en el credo de cada religión. El teólogo y filósofo Paul Tillich escribió “El perdón como una respuesta implícita en nuestra existencia, el perdón repara lo que esta roto, el perdón libera al corazón atrapado, el perdón quita las manchas de la culpa y lo vuelve a su estado inmaculado, el perdón regresa la inocencia que conocimos en otro tiempo y que nos permitía la libertad de amar.”
Todos tenemos diferentes conceptos preconcebidos del perdón, estos conceptos están acompańados de las creencias, sentimientos y experiencias vividas de cada persona y están tan arraigadas por el tiempo y por el dolor que cuesta trabajo echarlos abajo, por eso cuando le sugieres a alguien que perdone su respuesta inmediata es de protesta exclamando ˇYo porque! Quien me ofendió fue él o ella, yo soy la ofendida (o) esta es una reacción común.
Después de ser lastimados llega el coraje y una serie de sensaciones que no sabemos explicarnos, pero que vienen acompańadas por etapas o fases y que a continuación te las describo aunque es importante seńalar que el orden puede variar dependiendo de la persona.

Las etapas del duelo

(1) La negación.-Primero me sentí perturbada, agitada, conmocionada y me resistía a aceptar su traición pensé żPorqué a mi? żEn que falle? żPor qué me dejó de amar? Esa noche mis ojos no dejaban de llorar y mis hijos lloraban junto a mi, a partir de ese momento las noches y los días eran iguales, tristes, vacíos, cualquier pretexto era bueno para no estar en casa, quería comer y estaba inapetente, quería dormir y padecía insomnio, quería respuestas y sólo encontraba preguntas, quería gritar y me quedaba en silencio.

(2) La negociación.- Luego trate de reconquistarlo, le ofrecí lo que durante mucho tiempo había estado reprimido en mi y era el amor que sentía por él, yo creía que antes de lo sucedido todo estaba bien, pero nunca le pregunte si estaba a gusto, ni tampoco le pedí lo que yo necesitaba, él estaba inerte, percibí que ya no le importaba lo que yo sentía, seguí insistiendo era como querer dar marcha atrás de algo que ya no tenía remedio, hable con él hasta la madrugada, aproveche para decirle lo que había callado y liberé mis sentimientos, mi pasión, pero también comprendí que de nuestra relación, el amor se había muerto, pero yo seguía viva y tenía que hacer algo con mi vida, no podía permitir que se consumiera. Es mi vida y soy la responsable de cuidarla.

(3) La Ira.- Esta etapa fue la que mas me preocupó, de todas las fases es la peor, la ira es el medio que utilizamos con mayor frecuencia las personas para conservar la autoestima, con la ira nos defendemos cuando nos sentimos agredidos, porque es mas fácil decir estoy enojada que decir me lastimó lo que me hiciste, lo peor es que nos enojamos con las figuras mas importantes como Dios, la familia, el destino, cuando la ira se vuelve crónica ocasiona enfermedades físicas, conflictos emocionales, esterilidad intelectual y fracasos de relación. En la medida que demostremos la ira, será la medida de nuestra incapacidad para resolver los problemas. Esta actitud solo trata de ocultar el verdadero sentimiento de soledad y miedo que sentimos. Yo use la ira contra mí, me reproche, me juzgue, me califique, después de cada sesión de autoterapia aparentemente seguía con una vida normal, quiero que sepan que mi esposo sigue en la casa, eso me dolía mas, tener que verlo y sentirlo cerca pero a la vez distante, al principio mantuvo su deseo de irse, pero se fue quedando hasta el día de hoy. Nuestra comunicación es de carácter informativo únicamente.

(4) La Depresión.- Esta etapa a mí en lo particular me duró muy poco tiempo, gracias a mi terapeuta, los libros de consulta, mi amiga Adelita que fue mi luz y la Biblia, en conjunto fueron mi sostén para mi recuperación parcial y ahora total.

(5) La aceptación es como hablar del perdón, puedes hablar de lo que ocurrió pero ya no te lastima, comprendes que la vida tiene cosas que no puedes cambiar y que duelen, pero eso no implica que termine tu vida, es como cuando nos hacemos una herida nos duele y para que sane es necesario desinfectarla y después continuar con las curaciones, mientras esta abierta nos sigue doliendo y si la tocamos nos duele mucho mas, pero luego empezará a cicatrizar y una vez que cierre ya no dolerá, aunque la toquemos, obviamente nos dejará una cicatriz, pero habrá sanado y nos ayudará a saber como enfrentar problemas parecidos en el futuro.